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Los 5 aspectos que debe saber sobre la Taxonomía Verde

Colombia implementa la taxonomía verde como un sistema de clasificación de actividades económicas que contribuyen a la sostenibilidad ambiental.

  1. ¿De qué se trata?

Es una iniciativa del Gobierno Nacional que se encuentra actualmente en su primera Fase y consiste en un sistema de clasificación para actividades económicas y activos que contribuyan sustancialmente al logro de los objetivos y compromisos ambientales del país contenidos en diferentes instrumentos tales como, el Plan Nacional de Desarrollo, el Acuerdo de París, el Convenio Marco de Diversidad Biológica, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros.

De acuerdo con lo manifestado por el Gobierno Nacional, dicho sistema se materializaría como un instrumento o herramienta de apoyo a los distintos agentes económicos de los sectores público y privado, para que a través de una evaluación puedan identificar negocios, proyectos, actividades y/o activos económicos sostenibles dentro de diversos sectores comerciales e industriales, de tal manera que se impulse la destinación de recursos económicos (privados y públicos) hacía inversiones verdes, sostenibles y con impactos positivos en el medio ambiente y los recursos naturales.

Esta iniciativa, tuvo su origen en un intento por complementar los esfuerzos adelantados por el Sistema de Medición, Reporte y Verificación (“MRV”) de Financiamiento Climático. En efecto, ha sido liderada por la denominada Mesa de Taxonomía Verde conformada por Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (“MADS”), el Departamento Nacional de Planeación (“DNP”) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (“DANE”), la Superintendencia Financiera de Colombia (“SFC”), y el MinHacienda, quienes han trabajado articuladamente en la coordinación, diseño e implementación de sus primeras etapas , para lo cual el MinHacienda publicó en su página web el documento “Presentación de la Fase I para la Construcción de la Taxonomía Verde Colombia” junto con sus documentos técnicos 1 y 2, que incluyen información relacionada con los sectores económicos principales en los cuales se enfoca la iniciativa.

Cabe resaltar que, dentro del proceso de construcción realizado por la mesa de taxonomía, se tomaron como referencia las prácticas de sostenibilidad ambiental y los sistemas de clasificación desarrollados por la Taxonomía Verde de la Unión Europea que surgió en el 2020 ante la necesidad de cumplir objetivos ambientales y climáticos de los países miembro. Igualmente, se tomó como referencia la iniciativa de la Organización Climate Bonds Initiative (“CBI”), consistente en un sistema de clasificación, por colores, que identifica la compatibilidad de proyectos y activos con la trayectoria de descarbonización del mercado global, con base en la disminución de emisión de gases de efecto invernadero (“GEI”) según el límite de 1. 5º C establecido en el marco del Acuerdo de París. Por su puesto, para el caso colombiano, se tuvieron en cuenta las realidades regionales y locales del país.

  1. ¿A quiénes va dirigida esta iniciativa?

A diversos tipos de actores tanto del sector público como del privado, especialmente empresas e inversionistas nacionales o extranjeros, entidades estatales, bancos, entre otros, quienes una vez se verifiquen sus contribuciones sustancias al logro de los objetivos ambientales, podrían acceder a los distintos instrumentos financieros calificados como verdes tales como bonos verdes, carteras verdes, portafolios de inversión, índices bursátiles, entre otros. Si bien la iniciativa no pareciera ser restrictiva, cabe aclarar que en los documentos técnicos publicados por el MinHacienda se hace hincapié en los sectores de la energía, construcción, gestión de residuos y captura de emisiones, suministro y tratamiento de agua, transporte, tecnologías de la información y comunicación, manufactura, ganadería, agricultura y forestería. Para cada una de ellas, los documentos técnicos establecen distintas actividades definidas para la consecución de los objetivos ambientales que más adelante se mencionarán. No obstante, se recomienda esperar al diseño y directrices finales de la Taxonomía Verde con el fin de determinar si existe algún tipo de restricción para ciertas actividades económicas del país, sin perjuicio de las condiciones ambientales y sostenibles que se deben cumplir para acceder a portafolios verdes tal y como se verá en los siguientes puntos.

  1. ¿Existen requisitos y/o criterios para el acceso a esta herramienta?

Si. Actualmente están diseñando unos criterios de elegibilidad y requisitos de cumplimiento (basados en la regulación ambiental) necesarios para evaluar si el desempeño ambiental de determinada actividad o activo económico se encuentra alineado con los objetivos ambientales trazados por la Taxonomía Verde, cuyo cumplimiento sería necesario para la financiación de la actividad o activo que el interesado pretenda. Estos objetivos son: mitigación del cambio climático; adaptación al cambio climático; protección de los recursos hídricos y marinos; transmisión a una economía circular; prevención y control de la contaminación; protección y restauración de la biodiversidad; y, gestión del suelo.

En ese sentido, se propone la aplicación de dos filtros generales a tener en cuenta para la elegibilidad: (i) la relevancia del activo o actividad para el contexto colombiano y (ii) su contribución al cumplimiento del objetivo ambiental trazado para el sector o actividad económica. Igualmente, se prevén unos requisitos adicionales de elegibilidad aplicables por sector o actividad específica.. Así por ejemplo, para el sector de la construcción, uno de los criterios contempla que los proyectos de renovación urbana deben tener como resultado una reducción del consumo de energía de la edificación (kWh/m2 año) de al menos un 10%; por su parte, para el sector energético se considerará que en los proyectos de transmisión y distribución de electricidad, las emisiones de las infraestructuras asociadas deberán tener un promedio por debajo del umbral 00 gCO2e/kWh en un periodo de 5 años para ser considerados como proyectos verdes.

  1. ¿Existe algún promotor de esta iniciativa a destacar?

A pesar de tratarse de una iniciativa en construcción la SFC puso en marcha la implementación de Taxonomía Verde al expedir su Circular Externa No. 5 del 8 de abril del presente año, a través de la cual adoptó de manera oficial la Taxonomía Verde por medio de la modificación de ciertos subnumerales de la Circular Básica Jurídica en aspectos relacionados con: (i) Fondos Voluntarios de Pensión – FVP; (ii) Ficha Técnica Portafolios de Fondos Voluntarios de Pensión; y (iii) Reglas particulares de emisión de valores.

Estas modificaciones permiten que las entidades vigiladas por la SFC y los emisores puedan ir incorporando paulatinamente la Taxonomía Verde como un factor de clasificación, de tal manera que con esto se espera se amplíe el marco de oportunidades de financiamiento e inversión al poder identificar mejores oportunidades en el mercado, alineando carteras y portafolios con activos y actividades verdes en Colombia.

Este documento, a su vez se divide en tres componentes. El primero, constituye el marco conceptual en donde se definen las actividades y activos que ingresan al sistema de clasificación de la Taxonomía, así como los criterios y principios que deben cumplir para adherirse al nuevo sistema. Por su parte, los componentes segundo y tercero constituyen documentos técnicos en donde se responde a objetivos ambientales de mitigación y adaptación al cambio climático definidos en la Taxonomía Verde y su aplicabilidad en los sectores económicos primarios elegidos para esta primera fase, expuestos en el marco general del documento publicado por el MinHacienda (mencionado anteriormente).

Para aquellos interesados, en la página web de la SFC ya se encuentra el documento disponible para consulta, desde el área de Finanzas Sostenibles.

  1. ¿Qué retos se vienen de cara a la implementación de la taxonomía verde?

Si bien la Taxonomía Verde promete ser un hito relevante para la promoción y transparencia en la estructuración de finanzas verdes y una gran contribución a los objetivos sostenibles del país, todavía quedan fases pendientes para su consolidación definitiva e implementación. De manera que, es necesario que en el corto plazo se definan las fases pendientes para la determinación de actores, planes, lineamientos, proyectos, institucionalidad e implementación formal de la taxonomía.

Igualmente, se vienen grandes retos para atender la falta de estandarización y homologación de los sectores y actividades que las financieras usan para clasificar sus portafolios verdes, situación que degenera en la dificultad para identificar claramente las actividades o activos que pueden enmarcarse dentro de lo “verde”, así como la constante evolución y aumento de prácticas de greenwashing.

Finalmente, se esperan grandes esfuerzos en materia de fortalecimiento institucional y reglamentación de éste novedoso sistema buscando la estandarización del lenguaje común para las financieras, y se establezcan indicadores, metas y objetivos concretos que contribuyan al crecimiento de la cartera verde.